viernes, 27 de enero de 2012

Río Colorado

Colorado era el viejo río.

Dicen que sus aguas torrentosas,

se parecían a un reguero de sangre

en medio del monte patagónico.

Solitario oasis de la llanura,

donde un puñado de hombre y mujeres,

encontraron en su margen, un lugar,

una buena parada para echar raíces.

Corazón de arcilla rojiza,

remolinos y hondonadas traicioneras,

Inquietan su desteñido pasar,

desde los andes al imponente mar.

Hoy sus aguas son otras,

la acción del hombre y su progreso

han cambiado su color espeso

por el de un cauce casi cristalino.

Es verdad, ya no es el mismo,

Pero aún trae con sus aguas

la esperanza de todo un pueblo ,

que está convencido que a su orillas

se encuentra su lugar en el mundo.


marcla_rc2011

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