jueves, 18 de agosto de 2011

SONRIE...

Sonríe, aunque tengas el alma herida

y de ella broten quejas de pena y de dolor.

Sonríe, que sonriendo verán quienes te cercan

que sólo anida tu alma, sin límites, amor!


Sonríe el chiquillo que a tí feliz se llega,

y en cuyos ojos puros a Dios se ve vivir.

Y así él también comprenda la magia encantadora

secreto de los grandes: que aprenda a sonreir!


Sonríe al enemigo, si agravio indigno te hiciera

que luego tu sonrisa su ira ha de calmar

y así en su conciencia, trémulo y perturbado

sabrá que tu alma noble, tan sólo sabe amar.


Y esa franca sonrisa que generoso diste,

aún en negra noche le ha de iluminar,

y entenderá que es grande aquel que le perdona

y cuanta es la grandeza que encierra el perdonar.


Y si el andar afligido de algún hermano triste

descubre tu ojo lleno de amor y caridad,

sonríele si sufre, sonríele si llora,

y así la cruz sonriendo siempre los dos llevad!


Donde quiera que tus labios derramen las sonrisas

que animen, que levanten y suavicen el pesar,

sonrisas que perdonen los yerros cometidos

y ayuden nuevamente la ruta a comenzar.


Y tu existencia entera, prodíguese en sonrisas

que irradien de tu boca, cual bálsamo de paz

y sean luz divina hasta las almas dolientes

pues en tu senda de bien encontrarás...!



Víctor Carlos

AMOR Y VIDA (Santa Fé - Argentina) 10/12/2007

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