Hace mucho tiempo, un emperador se entero de que en una de
las provincias de su reino vivía una bruja muy poderosa que tenia la capacidad
de poder ver el hilo rojo del destino y la mando traer ante su presencia.
Cuando la bruja llegó, el emperador le ordeno que buscara el
otro extremo del hilo que llevaba atado al meñique y lo llevara ante la que
seria su esposa; la bruja accedió a esta petición y comenzó a seguir y seguir
el hilo. Esta búsqueda los llevo hasta un mercado en donde una pobre campesina
con una bebe en los brazos ofrecía sus productos.
Al llegar hasta donde estaba esta campesina, se detuvo
frente a ella y la invito a ponerse de pie e hizo que el joven emperador se
acercara y le dijo : “Aquí termina tu hilo” , pero al escuchar esto , el
emperador enfureció creyendo que era una burla de la bruja , empujo a la
campesina que aun llevaba a su pequeña bebe en los brazos y la hizo caer
haciendo que la bebe se hiciera una gran herida en la frente , ordeno a sus
guardias que detuvieran a la bruja y le cortaran la cabeza.
Muchos años después, llego el momento en que este emperador
debía casarse y su corte le recomendó que lo mejor era que desposara a la hija
de un general muy poderoso. Aceptó y llegó el día de la boda y el momento de
ver por primera vez la cara de su esposa, la cual entro al templo con un
hermoso vestido y un velo que la cubría totalmente.
Al levantarle el velo vio por primera vez que este hermoso
rostro …. …. …. …. tenía una cicatriz muy peculiar en la frente. “
Una cicatriz que él mismo había provocado al no ver al
destino que había pasado frente a él y también nos muestra como los amores
destinados son eso, no podemos escapar de la persona que nació para amarnos.
Siendo menos fantasiosos…. Paulo Coelho dijo:
“Dicen que a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes
amores; uno con el que te casas o vives para siempre, puede que el padre o la
madre de tus hijos… Esa persona con la que consigues la compenetración máxima
para estar el resto de tu vida junto a ella…
Y dicen que hay un segundo gran amor, una persona que
perderás siempre. Alguien con quien naciste conectado, tan conectado que las
fuerzas de la química escapan a la razón y les impedirán, siempre, alcanzar un
final feliz. Hasta que cierto día dejará de intentarlo… Se rendirán y buscarán
a esa otra persona que acabarán encontrando.
Pero les aseguro que no pasarán una sola noche, sin
necesitar otro beso suyo, o tan siquiera discutir una vez más…
Todos saben de qué estoy hablando, porque mientras estaban
leyendo esto, les ha venido su nombre a la cabeza.
Se librarán de él o de ella, dejarán de sufrir, conseguirán
encontrar la paz (le sustituirán por la calma), pero les aseguro que no pasará
un día en que deseen que estuviera aquí para perturbarlos.
Porque, a veces, se desprende más energía discutiendo con
alguien a quien amas, que haciendo el amor con alguien a quien aprecias”
Recuerda: